Yoga: Una introducción a la filosofía de Patañjali




Las Ocho Ramas del Yoga  
por Rafael Díaz
“atha yoganusasanam
- Ahora se expone el arte del Yoga. [1.1]”
Etimológicamente Yoga proviene del sánscrito y significa unión. Abundan escuelas o senderos del Yoga que incluyen entrenamientos físicos y disciplinas mentales ideadas para personas de diferentes tipos y distintos niveles espirituales. Si bien existen importantes tratados al respecto, ninguno describe su filosofía de modo tan profundo y directo como lo hizo el sabio Patañjali hace más de dos mil años. En el revolucionario compendio de 196 aforismos o Sutras, divididos en cuatro capítulos [I - Samadhi Pada (absorción), II - Sadhana Pada (práctica), III - Vibhuti Pada (poderes yóguicos) y IV - Kaivalya Pada (liberación)], se realiza un estudio meticuloso de la psique humana. Igualmente se explican las ocho ramas (ashtanga) del Yoga para cultivar y purificar la mente, superar las aflicciones y obstáculos hacia la evolución espiritual y la unión con lo divino.

“yogah cittavrtti nirodhah 
- El Yoga es detener las fluctuaciones de la consciencia. [1.2]”
El vertiginoso ritmo de la vida moderna y sus exigencias son la principal fuente de padecimientos físicos y mentales. El sedentarismo, la comida chatarra y demás hábitos nocivos producen enfermedad y dolor. De modo similar, nuestra mente se halla en una interminable turbulencia de pensamientos y emociones. Como seres sociales, todos anhelamos la paz y la armonía porque carecemos de ellas. Sin embargo continuamos buscando en el exterior, identificándonos con los objetos y reaccionando ciegamente, generando así aún más sufrimiento y negatividad. El Yoga ayuda a integrar el cuerpo y la mente, llevándonos a un estado de equilibrio que se refleja en la salud y la felicidad.

abhyasa vairagyabhyam tannirodhah
­- La práctica y la renuncia son los medios para detener los movimientos de la consciencia. [1.12]”
¿De qué manera obtener paz si se tiene una consciencia agitada? ¿Cómo romper con los antiguos patrones de conducta? ¿Cuál es la vía para salir del sufrimiento y la miseria?
Patañjali describe el método para convertirnos en amos de nuestras mentes. Los sutras son guías invaluables, sin embargo si no se llevan al nivel de la experiencia directa simplemente quedarán como meros juegos intelectuales. Cada quien es responsable de trabajar por su propia liberación y el camino para lograrlo es la práctica disciplinada y diligente. Igualmente se ha de observar cuidadosamente el renunciar a ideas y acciones que obstruyen el progreso de la sadhana.

yama niyama asana pranayama pratyahara dharana dhyana samadhayah astau angani
- Los códigos morales (yama), las observancias personales (niyama), las posturas (asana), el control de la respiración (pranayama), la retirada de los sentidos (pratyahara), la concentración (dharana), la meditación (dhyana) y la absorción (samadhi) son las ocho partes del Yoga. [2.29]”
Ashtanga significa ocho miembros o aspectos que están interrelacionados y se deben trabajar en conjunto. Yoga significa unión, unión de los planos físico, mental y espiritual. De forma similar las ocho ramas se pueden separar en tres grupos. Yama y Niyama constituyen los códigos ético, social e individual; Asana, Pranayama y Pratyahara permiten la evolución del individuo por medio de la purificación de la mente; Dharana, Dhyana y Samadhi son los frutos de la práctica yóguica que nos brindan la experiencia de la visión del alma.

ahimsa satya asteya brahmacarya aparigrahah yamah
- La no violencia, la veracidad, el abstenerse de robar, la continencia y el desapego son los yamas. [2.30]”
Yama es el primer aspecto del Ashtanga, se trata del pilar fundamental sobre el cual se sostiene la sadhana. No sólo el Yoga sino todas las religiones, filosofías y culturas del mundo concuerdan en una ley universal. Para ser buen yogui, hinduista, budista, católico, musulmán, judío, etcétera, no importa lo que uno practique, antes que nada hay que ser una buena persona a fin de convivir armoniosamente en una sociedad con valores puros. Por lo tanto, la medida en que se lleven a cabo los deberes morales y éticos será lo que determine la firmeza de nuestros pasos por el sendero del Yoga.

sauca santosa tapah svadhyaya Isvarapranidhanani niyamah
- La pureza, el contento, la disciplina, el autoestudio y la entrega al Ser supremo son los niyamas. [2.32]”
Niyama engloba las regulaciones u observancias personales cuyo objetivo es fortalecer el carácter del practicante. En estos preceptos se resalta la importancia del control y la disciplina. Para seguir los principios del Yoga se debe corregir nuestra pauta de comportamiento, transformar la mente desequilibrada para cultivar el conocimiento correcto, tomar consciencia y eliminar cualquier barrera hacia la autorrealización. A través de la sadhana ininterrumpida de yama y niyama surge la facultad de enfrentar a la violencia, la falsedad, el robo, los deleites sensuales y los apegos con pureza, contento, fervor, estudio de uno mismo y entrega al Espíritu universal.


sthira sukham asanam
- La postura (asana) debe ser estable y feliz. [2.46]”
Asana significa postura o asiento y se debe sostener con estabilidad y serenidad. La práctica de asana no tiene nada que ver con el contorsionismo ni la acrobacia. Si de eso se tratara, los gimnastas, bailarines y demás serían los más grandes yoguis. Toda persona, independientemente de sus limitaciones físicas, es capaz de realizar la postura perfecta si se hace con determinación y consciencia. Una postura rígida es indicio de una mente estresada y una postura relajada es el de una mente distraída. Encontrar el equilibrio entre fuerza y flexibilidad, acción y reposo, requiere de una mente tranquila y un enfoque honesto. De esta manera se experimentará plenamente cada asana y sus efectos de bienestar y contento. Si al ejecutar una postura hay tensión, agitación o dolor, es señal de que se está haciendo erróneamente. – Cabe aclarar que los sistemas modernos de práctica de asana como el Ashtanga Vinyasa Yoga de Pattabhi Jois, los métodos de B.K.S. Iyengar, Srivatsa Ramaswami, T.K.V. Desikachar, entre otros, provienen de las enseñanzas de un mismo maestro: Sri T. Krishnamacharya y todos se basan en el estudio religioso de la filosofía de Patañjali. –   

“tasmin sati svasa prasvasayoh gativicchedah pranayamah
- Pranayama es la regulación de la inhalación y la exhalación junto con la retención. Únicamente se debe practicar después de lograr la perfección de asana. [2.49]”
Una vez consolidada la práctica de asana, bien sustentada en yama y niyama, el cuerpo y la mente están preparados para ser purificados con pranayama que es regular la respiración. Nacemos con una inhalación y morimos con una exhalación, todo es una gran respiración. De principio a fin está con nosotros, esa es la realidad irrefutable de nuestras vidas, en cada momento surgiendo y desapareciendo. Aprender a respirar es aprender a vivir y a morir, trascender toda dualidad. Al observar y controlar la respiración se domina la mente. Basado en la generación, distribución y retención de la energía vital, pranayama constituye el eje del Yoga puesto que es el puente entre el cuerpo y el espíritu. Por esta razón Patañjali hace hincapié en que debe practicarse después de haber perfeccionado asana. Para aprender pranayama es importante hacerlo bajo la guía y supervisión de un instructor experimentado.

svavisaya asamprayoge cittasya svarupanukarah iva indriyanam pratyaharah
- Pratyahara es apartar los sentidos, la mente y la consciencia de los objetos externos para luego dirigirlos al interior. [2.54]”
Al progresar en asana y pranayama se desarrolla la capacidad de discernimiento, uno se alista para iniciar el camino de la renuncia con pratyahara. Por lo general se piensa que se actúa, siendo que en realidad se está reaccionando ya sea con deseo o rechazo ante cualquier situación. Todo acto impulsivo es provocado por el apego a los objetos exteriores en que buscamos ávidamente la gratificación de nuestros sentidos. No hay satisfacción, aferrados a muchas cosas que deseamos pero nunca llegan y a varias otras que no queremos pero suceden. Ésta es la causa del desequilibrio mental y del sufrimiento. Pratyahara es el cultivo y la educación de los sentidos de percepción, retirarlos del deleite mundano y dirigirlos al interior desde la piel hacia el núcleo del ser. El cuerpo y la mente purificados se fusionan para producir una consciencia ecuánime. Entonces se puede proseguir con la meditación que es donde se entra en contacto con el alma y se disipan las aflicciones.
  
“desa bandhah cittasya dharana
- Dharana o concentración es llevar la consciencia hacia un punto. [3.1]”
Cuando la mente logra permanecer tranquila, completamente atenta a una zona o punto de nuestra elección, eso es dharana. La práctica sistemática de los cinco estadios anteriores depura los órganos de acción, los de percepción, la mente y la inteligencia discriminadora. Mediante la concentración se reducen progresivamente las interrupciones de la mente y los pensamientos errantes para finalmente ser eliminados. Meditar no se trata de poner la mente en blanco sino de una atención deliberada, la voluntad de sostener la ausencia de pensamientos. Tras alcanzar madurez y refinamiento se pasa de lo burdo a lo sutil y se enriquece la búsqueda interior, uno se mantiene lleno y plenamente consciente para eventualmente llegar a dhyana y samadhi.

“tatra pratyaya ekatanata dhyanam
- Dhyana o meditación es un flujo constante de atención hacia un mismo punto. [3.2]”
Para encender fuego con una lupa, se capta la luz del sol, se hacen ajustes para enfocar y concentrar esta luz en un punto cada vez más pequeño hasta producir incandescencia. Claro está que la lente debe estar bien pulida y libre de impurezas. Así como hay muchos tipos de lupas también hay técnicas de meditación, todas son herramientas. Dhyana es concentrar y mantener la atención sin interrupción en un punto. Como hemos visto, sin yama ni niyama no hay evolución en la sadhana, son los que determinan la transparencia del cristal y el progreso en asana, pranayama y pratyahara es lo que pule la lente por la que nos observamos. A través de la contemplación profunda, la consciencia se funde entonces con el objeto de observación hasta encender la luz de la sabiduría que lleva a samadhi.

“tadeva arthamatranirbhasam svarupasunyam iva samadhih
- Samadhi es cuando el objeto de meditación absorbe al meditador. [3.3]”
La experiencia de samadhi está más allá de la razón, del lenguaje, de todos los conceptos e ideas con que se crea nuestra propia imagen de la realidad. Quizá llegue a desconcertar que Patañjali inicie su tratado con un capítulo dedicado exclusivamente a samadhi en el que habla de las diversas maneras para alcanzarlo, así como de los tipos diferentes de samadhi que hay. En sus tiempos era mucho más fácil acceder a la vía de la iluminación, la gente no estaba separada de los asuntos espirituales ni era presa de distracciones tecnológicas. Sin embargo el camino sigue siendo el mismo, uno escoge el punto de atención, ya sea la respiración, un mantra, una oración, una visualización de un dios, santo o mandala, la flama de una vela, etcétera. Todas estas técnicas apaciguan y purifican la mente en distintos niveles. Pero únicamente al desarrollar la consciencia de las sensaciones corporales y al mismo tiempo generando la ecuanimidad para no reaccionar ante ellas, se logra erradicar las impurezas y complejos más arraigados en el inconsciente. La absorción es el acercamiento al Espíritu universal para alcanzar la meta final de la liberación.

“samadhi bhavanartha klesa tanukaranarthasca
- La práctica disminuye las aflicciones y conduce a samadhi. [2.2]”
Cada vida es distinta, todos tenemos historias diferentes pero nuestras aflicciones son las mismas. Volviendo al ejemplo de la lupa, el fuego es para quien lo encendió, únicamente él lo experimenta, ve su luz, siente su calor. No se puede asir la flama para mostrarla o explicarla a otra persona. Cuando se logra encender la llama de la sabiduría, se van quemando una a una, toda aflicción, confusión e ignorancia hasta ser eliminadas y llegar a la verdad absoluta y la liberación. A lo largo de esta introducción a la filosofía de Patañjali hemos visto cómo se entrelaza una con otra cada rama del ashtanga y la gran importancia de realizar seriamente una sadhana devocional, siempre vigilantes de evitar cualquier cosa que nos desvíe del camino. Se puede tener la certeza de alcanzar samadhi si se avanza por el sendero del Yoga con fe, dedicación, buena voluntad, trabajo arduo, paciencia, honestidad y humildad.

tada drastuh svarupe avasthanam
- Entonces el observador irradia su auténtico esplendor. [1.3]”
A través de la disciplina yóguica se canalizan las energías de los órganos de acción y de percepción y se apuntan hacia la dirección correcta, se produce el equilibrio físico y mental necesario para penetrar la inteligencia y se retiran los sentidos para la búsqueda interior. Cuerpo y consciencia fundidos en la observación del ser. Pasando de la atención a la concentración, de la concentración a la meditación y de la meditación a la absorción y así culminando la sadhana. Cuando existe una sincronización absoluta entre pensamiento y acción, el yogui es libre de las limitaciones materiales del tiempo y del espacio, eso produce extraordinarios poderes (vibhutis). La manifestación de alguno de estos vibhutis es indicador de que el practicante ha seguido métodos apropiados para su evolución. Quizá alguien tenga un gran dominio en la ejecución de posturas complicadas o alcance con facilidad elevados estados de consciencia, si por esta razón se vuelve arrogante entonces no estará haciendo Yoga sino se estará perdiendo en la satisfacción de su ego. Puede ser el caso también que este sujeto sea maestro, entonces no sólo se estará dañando a sí mismo sino a los demás al transmitir una enseñanza contaminada. Patañjali advierte que no se deben confundir estos poderes con el objeto de la búsqueda, si uno se deja llevar por ellos se verá atrapado en sus efectos creando barreras para alcanzar samadhi. El renunciar a estos poderes, a estos obstáculos, lleva a la disolución de la consciencia en el alma y a la luz de la verdad absoluta.

“purusartha sunyanam gunanam pratiprasavah kaivalyam svarupapratistha va citisaktih iti
-Kaivalya o liberación llega cuando el yogui ha colmado las metas de su vida y ha trascendido la cualidad cambiante de la naturaleza. Entonces la consciencia se establece en su propia pureza natural. [4.34]”
La meta final de la liberación, kaivalya está al alcance de cada uno de nosotros, aunque no se da de un día para otro. Uno no tiene que ir al bosque a vivir solitario en una cueva ni enclaustrarse en algún ashram o monasterio, claro está que puede ayudar a evolucionar espiritualmente pero no debe ser una forma de evadir negligentemente los asuntos personales. Todo ser humano tiene las obligaciones siguientes: cumplir los deberes morales, éticos, cívicos, intelectuales y espirituales – vale incluir también las acciones por mejorar el medio ambiente –; ser productivo, ganar el propio sustento en la medida para cubrir las necesidades personales y familiares y no ser así una carga parasitaria de la sociedad; ejercitar y purificar el cuerpo y la mente para llevar una vida saludable y esforzarse en romper con toda atadura a los placeres mundanos. Al realizar estas metas se cultiva una consciencia pura y equilibrada para observar la realidad tal y como es, observar la verdad interior y conocerse a uno mismo a través de la experiencia. Con la práctica se eliminan las aflicciones generadas por los apegos a un mundo de naturaleza impermanente. Avanzando de lo externo y burdo, hasta penetrar en lo más profundo y sutil del ser. Esto también termina por trascenderse y se experimenta una verdad que está más allá de la mente y la materia, del tiempo y del espacio, más allá de cualquier entendimiento: la verdad de la liberación total de toda impureza y sufrimiento. No importa el nombre que se le dé a esta verdad última; es la meta final de todos nosotros. Por medio del arte del Yoga somos capaces de enfrentar las tensiones y vicisitudes de la vida cotidiana de una manera calmada y balanceada y desarrollar cualidades positivas como la alegría, la compasión, la ecuanimidad, el amor y el servicio desinteresado. ¡Que todos los seres sean felices! Paz.

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